Las hijastras juegan solas, o con tu hijo, metiéndose cada vez más en su lado inocente... poniéndose cada vez más traviesas. Para papi, sus caricias, ellas gustosamente reciben el toque de papá, hasta que necesitan chupársela, y se pone salvaje, terminando con papá y corrida. Un romance que es tabú, pero caliente.