Estaba harta y cansada de los libros, así que consulté a mi compañera de clase mexicana para que me diera un paseo ligeramente variado. Era una puta, con ojos como un cerdo rosa en escabeche y con su largo cabello y su culo apretado mostrando su uniforme cuando lo arrancamos. Tuvimos una sesión ardiente antes de que ella tomara mi semen, ansiosa por agarrar sus jugos con nuestra lujuria.