Después de revitalizarse con un snog caliente con el maestro del puerto, una ama de casa voluptuosa desea al fornido jardinero y lo lame con un encuentro oral ardiente. Su esposo, ya sea ajeno o indiferente, se une, habiéndose formado un trío con el jardinero desprevenido. El deseo y el cornudo son retratados de manera tentadora.