Buscando alivio, doliendo y adolorido, busqué en la nevera. Encontramos un compañero dispuesto a quien nos entregamos no menos que encuentros apasionados, explorando diferentes posiciones. Tomamos nuestro viaje erótico a través de las primeras horas de la noche y terminamos viniéndonos unos a otros para una liberación compartida y satisfactoria.