Cuanto más profundo es el control de una femdom, más indefenso es su sumiso y, por supuesto, le deja solo una opción cuando hacer lo suyo: deleitarse con su propio semen. Este POV íntimo te pone en un camino oscuro y en un mundo perverso de BDSM, donde las reglas se rompieron, donde los límites se desdibujaron.